Espeso y laberíntico follaje
crece ante nuestros ojos.
El bosque del amor,
tan deseado por todos;
tan respetado por la hiriente hierba,
que punza en lo más hondo.
Serias incertidumbres
presenta el arbolado con sus troncos
y exuberantes copas,
donde nos dan acoso
la certeza y la duda,
la risa y el enojo.
En la selva de amor nos adentramos,
y a veces se hunden nuestros pies en lodo.
Si queremos salir,
desesperamos en cerrado coto.
© Antonio Macias Luna
Castilblanco (España), 24/10/2001
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