PORTADA Y DATOS DE EDICIÓN DEL LIBRO

miércoles, 31 de agosto de 2016

BRILLAN LAS LETRAS

Brillan las letras
de mis escritos.
No son de oro,
son de grafito.

© Antonio Macías Luna

A UN MAL RECUERDO

Burdo y locuaz recuerdo,
aunque dejes de hablar por un instante,
no dejas de ser pútrida amalgama
que ocupa los rincones del espíritu.
Mal engendro plagado de ironía,
te germinó un pasado,
te alimenta un presente,
te vencerá un futuro.
Abocado a callar,
condenado a morir
cuando las almas se te vuelvan romas,
no alojes tus espadas
en el vientre indefenso del cerebro
y deja de vocear lo que enalteces,
las momias de sucesos enterrados.

            ©Antonio Macías Luna

PESADILLA

Un bulto me hizo girar
la cabeza en un andén,
en pesadilla terrible,
donde se detuvo un tren.
Mostraba una ventanilla
noche de negra algidez
y abrigo lacio colgando
bajo un rostro de mujer.
Dejó la visión extraña
mi boca ardiendo de sed.
El espectro me ofrecía
labios blancos que besé.

A. Macias Luna
Castilblanco de los Arroyos (España), 9/04 /2 001

DÍA EN LA PLAYA

Mañana de diamante fino en Cádiz,
sol de junio templado, a fuego lento.
Tu pelo negro es la veloz cometa
que el desabrido viento
ondea de poniente a la Caleta.

Mientras embiste audaz  la pleamar
dicen olas curiosas que te ame.
Refrescado de gélido ultramar
y arrullado por cándida sirena,
en lecho árido de caliente arena,
es juego de la brisa
tu rosado jardín, manto de lino.
Delinea tu boca amplia sonrisa,
tras tus ojos los míos peregrinos
van. Tu pecho se mece acompasado
mientras mi alma sumisa
se remansa en el mar embelesado.

Nuestras manos se aferran con furor,
las bocas se hacen una
colmando ardiente duna;
nuestros labios disuelven el salitre
con canciones de amor.
Se pasean mis ojos por tu piel
de fina porcelana
galopando mi intrépido corcel.
Una lágrima aflora,
que de amor por ti mana.

Tus pies de seda juegan con los míos
cual gaviotas que saltan en la arena,
apaciguando los escalofríos
que mi espíritu llenan.
Mi lengua sabe a ríos
de amargor diminuto,
que llega hasta las playas de mis labios;
son lágrimas de tus ojos de luto.

Por tu perfil mi dedo se encamina
y lo dibuja en fondo de sanguina
mientras el tiempo escapa de las manos.
Triste en ocaso el día va a morir;
es hora de partir.
¡No! Continuemos en el lecho, en notas
de melodías de este mar cercano 
y en cantos de gaviotas.

Con bermellón la tarde te intimida,
corona tu cabeza con guirnaldas
y en carne viva arde tu tez cocida.
Volviendo al mundo, ausentes, las espaldas,
dos cuerpos se atan, en amor se funden.
Fuertes abrazos junto al mar los hunden.


            © Antonio Macías Luna 
            Castilblanco de los Arroyos (España), 6/6/1999